El estado de salud del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) pasó de «malo» en 2006 a «regular» en 2016, manifestó Ana Giró, coordinadora para Guatemala de la Iniciativa Arrecifes Saludables, a cargo del estudio.
El SAM está integrado por unos 1,000 km de línea costera entre México, Belice, Guatemala y Honduras, y sirve para proteger de fenómenos naturales a las comunidades asentadas en el litoral Caribe de esos países y para el sustento de su población, precisó la ambientalista.
Explicó que la prohibición de pesca en algunas zonas de la región, sobre todo en México y Belice, impactaron en la mejoría de los arrecifes al aumentar la cantidad de peces herbívoros y otras especies para fines comerciales.
En la calificación por país, los arrecifes de México, Belice y Honduras se ubicaron en un estado «regular», mientras que Guatemala tuvo una calificación «mal», aunque en algunos sectores los cuatro países la situación es «crítica».
La ambientalista advirtió que la falta de tratamiento de aguas residuales es una de las principales amenazas para los arrecifes mesoamericanos, la segunda barrera más grande después de la de Australia. La contaminación por las aguas negras provoca el crecimiento de algas en detrimento de los corales.
También apuntó al cambio climático como un grave problema por la generación de altas temperaturas en el Caribe que provocan el «blanqueamiento», un paso previo a la muerte de los corales.
La Iniciativa urgió a los cuatro países a proteger los peces herbívoros, mejorar el tratamiento de las aguas residuales, incrementar las zonas de recuperación pesquera y prohibir el uso de trampas para la pesca.
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