Cada país tiene su fiesta y, en El Salvador, agosto es la cumbre de todas las tradiciones y celebraciones del país. Durante la primera semana del octavo mes del año, miles de feligreses rinden homenaje al que le da vida al nombre del país, al Divino Salvador del Mundo.
Texto Dixie Meléndez
El primer día de agosto, empieza con una serenata a los pies del patrono en la Catedral Metropolitana de San Salvador, marcando el inicio de toda una semana de fe, fiestas y conmemoraciones, sin embargo, el quinto día, los salvadoreños reviven el episodio bíblico de la transfiguración, el momento más esperado para los fervientes.
Esta semana es la muestra más grande de fiesta en todo el país, el tradicional desfile del correo, en el que se simboliza a personajes de la mitología salvadoreña y otros, recorren las principales calles de la capital, mientras es transmitido en cadena nacional y visto por millones de salvadoreños en el país y en el mundo.
¿Qué hacer?
Desde casi dos semanas antes de las fiestas patronales, se instalan los juegos mecánicos, uno dentro del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) y los otros en las inmediaciones de la Iglesia Don Rúa, más cerca de la capital. Estos son los destinos preferidos por los más chicos de la familia.
Para los más jóvenes y adultos, las fiestas se trasladan hacia las costas del pacífico, en donde se vive una semana de celebraciones alrededor de la playa en compañía de música en vivo, desfiles y mucho más.
Por supuesto, no puedes dejar de probar los tradicionales platillos que se comercializan en esta época como los elotes locos, papitas fritas con mostaza, mayonesa, kétchup y queso, enchiladas, panes con pollo, sopas de gallina india, sopa de patas, sin olvidar, las muy tradicionales pupusas.
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