«¡Esperamos años por esto!», dice Jesús Medina, en una de las tiendas de comida que atiendieron este fin de semana filas interminables de clientes en el festival de Coachella, en California (EE. UU.) el cual está de vuelta en su primera edición después del parón de dos años por la pandemia de COVID-19.
La gigantesca fiesta de la música se celebra desde este viernes y durante dos fines de semana seguidos en el exclusivo Empire Polo Club, en la ciudad de Indio, localizada en el desierto californiano y de poco más de 90,000 habitantes.
Esta municipalidad acoge varios festivales que le generan un lucro directo anual de unos 3 millones de dólares de acuerdo con estimaciones oficiales, sin embargo, con las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia esta fuente de ingresos se vio afectada.
«Teníamos todo listo para venir en 2020, pero todo fue cancelado con la pandemia», cuenta Medina, dueño de Cena Vegana. Solo este viernes, en la apertura, vendió más de mil burritos.
El festival recibe a más de 125,000 personas por día que llegan a presenciar los shows de decenas de renombrados artistas. Miles de asistentes se hospedan en Indio o Palm Springs, o acampan en lugares próximos al evento en el cual deambulan hasta 12 horas diarias.
Los hoteles de Palm Springs, bordeada por las montañas de San Jacinto y conocida por sus palmeras, campos de golfs y spas, celebran la llegada de miles de personas a la región.
Fuente: AFP
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