Atiquizaya, cuyo nombre en raíz náhuatl recoge los conceptos de agua y origen -también traducido como “ciudad de manantiales”-, es un municipio ubicado en el departamento de Ahuachapán por el que definitivamente vale la pena viajar 87 kilómetros desde la capital salvadoreña.
Y lo del nombre va en serio, ya que el territorio de este pueblo vivo posee al menos 27 manantiales. La vertiente del Río de Agua Caliente es la más reconocida, gracias a sus magníficas cascadas conocidas como el Salto de Malacatiupán, a las cuales se llega tras una caminata de una hora, a partir de la alcaldía.
El Puente Viejo del río de agua termal, el turicentro Agüijuyo, la Hacienda San Antonio, la laguna de Las Ranas y los ausoles son otros de los sitios de interés por los que debes preguntar al visitar Atiquizaya.
Declarada ciudad desde 1881, Atiquizaya es un municipio de unos 66 kilómetros cuadrados. Buena parte de ese terreno es utilizado para la cultivo de granos como frijol, maíz y maicillo, así como café, caña de azúcar y frutas que tienen una mejor cosecha gracias a los mantos acuíferos a poca profundidad.
El casco urbano también es un lugar emblemático para los lugareños, ya que además de tener como marca personal la limpieza y ornato, cuenta con portales coloniales y la parroquia Inmaculada Colección de María, la cual data de finales del siglo XIX y celebra sus fiestas patronales cada 8 de diciembre.
No dudes en visitar esta ciudad y sus manantiales, así como su gente amable que te invitará a degustar la platillos de cochinita, nuégados o quesadía; o a jugar su tradicional lotería de cartones.
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Fuente y fotografías: Guillermo Valiente
Asesoría Turística: Alcaldía de Atiquizaya, teléfono: 2414 4901
Rutas de buses a Atiquizaya: 202, 204, 210, 214. Se abordan en Terminal de Occidente.
Aquí, una referencia turística del instagramer José Orellana, de la cuenta @voyahi
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