Trataremos que este sea el primero de estos planes. Un plan en el que te proponemos la idea de tomar tu mochila, tu carro, reserves una habitación desde el viernes hasta el domingo y te pongas en los zapatos de un turista que recién llega al país. En esta ocasión, el destino es la playa El Tunco, en Tamanique.
Texto y fotos Dixie Meléndez
Agradecemos esta experiencia a Tito, nuestro colaborador y autor del blog gastronómico DondeComeTito.
Advertencia: este plan es apto solo para aventureros, para personas sin miedo a conocer su país y sobretodo; que cuenten con un presupuesto de al menos $90 por persona para todo el fin de semana (sí, es una mezcla entre fancy y mochilero… ok, tomamos la habitación con aire condicionado).
Este es el escenario: una semana caótica de trabajo, llegadas tardes a casa, un poco hastiados del ambiente capitalino, tráfico, etc., etc. La propuesta de Tito se hace llegar: “¿Por qué no nos vamos al Tunco tal cual mochileros, una habitación rústica, almuerzos de $2.00 y todo el mar para nosotros?”
De entrada sonaba tentador y aún más por los almuerzos de $2.00. Así que sin pensarlo tanto, lo aceptamos de inmediato.
El primer paso: reservar el hotel. En la playa El Tunco hay para todos: habitaciones desde $5.00 la noche (no diremos cual, pero te recomendamos repelente si te decides por algo así), hasta exclusivas suites que oscilan $150- 175 por noche. Nuestra opción: el hotel La Bocanita, tiene una buena ubicación, a pocos metros de la playa (pero no enfrente), una piscina agradable, amplio parqueo y lo que nos sedujo: habitaciones a $30.00 con aire condicionado incluido ($15.00 cada uno) ¡Imposible negarse!
Viernes
Salimos de la ciudad por la noche y llegamos alrededor de las 8:00 p.m. a hacer el check in en el hotel, a arreglarse y a ver con qué nos sorprende El Tunco.
En este punto diremos que esta playa se ha convertido en un referente mundial, no solo por la calidad de las olas ideales para el surf, sino también por su vida nocturna. Hay decenas de bares, restaurantes y discotecas que se adaptan a cualquier turista.
Primera parada: El restaurante y bar La Guitarra; como era una noche lluviosa, lo mejor era buscar un lugar con un bar cerrado, así que fue una decisión acertada. Este lugar, los fines de semana ofrece música en vivo y en esa ocasión, era noche de ska. Algo nuevo para nosotros, pero que al final, luego de un par de cervezas, resultó divertido.
Unas horas después nos trasladamos al Disco-Bar D´Rocas, reconocido por el buen ambiente nocturno. Sabíamos que la noche sería prometedora y así fue. El lugar es ideal para bailar y terminar la fiesta.
Sábado
No hay nada más exquisito que empezar el fin de semana con un desayuno frente a la playa. Con esta imagen mental nos movimos hasta el hostal Olas Permanentes, donde ordenamos huevos estrellados, frijoles refritos, aguacate, crema y queso. ¿Mencionamos que esto fue casi a las 11:30 a.m.?
¡Amamos a Olas Permanentes por tener los desayunos hasta tarde!
Este hostal está frente a la playa El Zonte y aquí las olas se comportan muy diferente a las de El Tunco. Aquí son más amigables, ideales para iniciarse en el surf, puedes acostarte sobre la arena y las olas apenas te tocan… así de respetuosa es esta playa. Y eso fue exactamente lo que hice… Tito, por su parte tomó su libro, se sentó en una silla de madera y no dejó de leer… tal cual jubilado. (sorry not sorry).
¡Basta de tanta paz!
Luego de ver este video hace un par de meses, la idea de conocer las cascadas de Tamanique nos atraía en gran manera, así que solicitamos un guía en Olas Permanentes que nos llevara, a lo que muy coherentemente nos respondieron: “hoy no podemos ya que ayer cayó una tormenta muy fuerte, el camino y el río son muy peligrosos en estas condiciones, debemos esperar por lo menos un día sin lluvia para ir hasta ahí”.
Sin más que hacer en El Zonte, regresamos al Tunco y decidimos también hacer un almuerzo tardío: Take a Wok (¿Cuáles almuerzos de $2.00?)
Nos habían recomendado las pizzas de El Tunco Veloz, pero desafortunadamente este lugar solo abre para las cenas.
La noche caía y había que seguirle el paso. El lugar: Monkey Lala El Tunco Suites. Observar el atardecer desde esta terraza es una sensación abrumadora. El cielo naranja se estampa sobre la arena gris, observas las siluetas de los surfistas regresando de la playa, las parejas sentadas a la orilla del mar… y tú, en un lugar tan fantástico como Monkey Lala, quienes con justa razón manejan el slogan de “World Class Sunsets”, algo así como puestas de sol de clase mundial.
Además, el lugar se transforma por las noches en una exclusiva discoteca de playa, ese día tenían un shows con los magos más reconocidos del país , un dj de fondo y cientos de personas que repentinamente se vuelven tus amigos.
Otro par de horas y la fiesta nuevamente se traslada hacia D´Rocas. Frigüey era la banda de la noche, así que lo que menos hubo fue aburrimiento.
Termina la noche en The Lab, este nuevo bar ofrece música electrónica y un ambiente increíble, y empezamos la madrugada con un par de pupusas en donde extrañamente conocimos a la persona que nos acompañaría el domingo.
Domingo
Luego de hacer el chek out y como había sido un sábado sin lluvia, nuestro destino eran las cascadas de Tamanique. Un par de horas antes habíamos entablado conversación con uno de los trabajadores de la pupusería, un habitante de Tamanique, quien nos llevó por $25.00 (por pareja) hasta las cascadas.
Nos esperó en el pueblo –que está a unos 20 minutos de la playa El Tunco-, compramos un par de bocadillos para el camino y empezamos el recorrido.
…
Cuarenta minutos de caminata que fácilmente pueden sobrepasar la hora si no tienes las condiciones físicas. Con el suelo aún húmedo era un reto no deslizarse sobre las rocas que te llevan cuesta abajo.
Al grano.
Las cascadas: Im-pre-sio-nan-tes.
La primera caída de agua es de unos diez metros, la segunda… aproximadamente de 20 metros. Imposible no sobrecogerse con el estruendoso ruido del agua y una poza al final de la que muy pocos dan referencia de tocar el fondo.
Cuando piensas que lo has visto todo, escuchas al guía decir: “falta una más”. -¿acaso era posible?-.
Había que caminar un poco más de diez minutos y poner aún más a prueba tu condición física, bajas por unos troncos y una gradas improvisadas de las que aseguras tu paso sujetándote de un cable telefónico que te guía perfectamente.
La recompensa: algo a lo que los guías le llamaban: “la fuente de la juventud”.
Una caída de más de 40 metros de altura formada por la unión de dos ríos. Una fuerte cortina de agua sobre una inmensa poza que al caer salpica fuertemente de manera que es imposible fotografiarla sin que la cámara se empañe.
El agua completamente cristalina y tremendamente helada.
En este punto sabíamos que el fin de semana playero había alcanzado el clímax.
Con esta exorbitante experiencia regresamos al Tunco a terminar el fin de semana como se merecía: con la puesta de sol del lugar que nos había enamorado: Monkey Lala y donde probamos la mejor limonada con albahaca que existe.
Recomendaciones:
- Puedes bajarle al presupuesto del fin de semana si obvias la parte de las fiestas nocturnas, pero la verdadera esencia de El Tunco está en este objetivo.
- Es recomendable el guía para las cascadas. Preferentemente que sea habitante de Tamanique, (nos parecía exagerado el precio de $30 por persona en algunos lugares -no somos extranjeros-). William, fue nuestro guía local, quien también nos dio su número para los que quieran conocerlas 7507-6920.
- Puedes desayunar en Monkey Lala, lastimosamente esta parte la descubrimos muy tarde.
- Decídete a tomar esta aventura, de verdad hay un punto en el que te sientes que eres extranjero en tu propio país.
Galería de fotos:
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¡Excelente publicación! Y aún más excelente fue poder acompañarlos en increíble aventura.