Por Marcela Moreno
El hermano país, rico en bellezas naturales, es cuna de actividades extremas en sus espectaculares ríos y cataratas.
Y es que sobrevolar una cascada a 82 metros de altura, donde tu corazón late a mil por hora, puede parecer una locura para cualquiera. Hablamos del canopy extremo “El Chiflador”, ubicado en Marcala, La Paz, Honduras a tan solo dos horas y media de San Miguel, El Salvador.
Son seis cables que soportan hasta 1,500 libras, elevados a alturas que llegan hasta los 253 metros en los te puedes desplazar a una velocidad de 110 kilómetros por hora. Desde los aires verás la imponente cascada “El Chiflador”. Este atractivo no hace distinciones de edades o peso, ya que niños desde los tres años hasta ancianos de 75 han disfrutado del extremo trayecto. Si deseas vivir una experiencia sin igual, no lo dudes: ven. El costo para extranjeros es de 700 lempiras, que equivalen a $30.
Pero no solo en las alturas encuentras adrenalina, también puedes dejar salir tu lado más aventurero haciendo rafting en las aguas turbulentas del río Cangrejal, en La Ceiba.
Pocas ciudades en el mundo comparten con La Ceiba la posibilidad de practicar el rafting a tan pocos kilómetros del centro de la ciudad. En menos de 10 minutos en automóvil puedes cambiar de estar entre aires citadinos al punto de comenzar una aventura en balsa.
Aguas llenas de emoción y vértigo en un escenario lleno de naturaleza, rocas imponentes, animales exóticos y espacio para gritar hasta que los pulmones no puedan más. La brisa y el agua de los rápidos se encontrarán con tu rostro, mientras tus compañeros de aventura reman para controlar la balsa que un guía experto maneja diestramente.
La risa nerviosa, los gritos de emoción y la camaradería inundan el ambiente cuando te enfrentas a aventuras extremas. Atrévete a conocer el lado aventurero de Honduras.
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