¿Adrenalina? Doble por favor
Fotos y texto por Tito Aguilar, autor del blog de turismo gastronómico DondeComeTito.
Cascada El Tanque en Juayúa, Sonsonate.
Fin de semana, domingo por la mañana, muy temprano y despertando a la par del sol; un día con un cielo completamente despejado, un espíritu aventurero sediento de adrenalina y un cuerpo lleno de energía.
Con todos los elementos de nuestro lado es necesario hacer algo respecto y darle al cuerpo lo que pide, una aventura inolvidable, divertida, sana y que, más que unirnos con nuestros amigos, nos permita conectarnos con la naturaleza y el rico entorno ambiental de nuestro lindo país.
75 metros de altura son los que tiene la cascada El Tanque en Juayúa, Sonsonate.
¿El destino? La cascada El Tanque, ubicada al noroeste de San Salvador en el municipio de Juayúa, Sonsonate.
¿La actividad? Rappel en cascada, una variación del rappel tradicional que consiste en el descenso sobre superficies verticales, en esta ocasión una cascada, utilizando arnés, cuerdas y un árbol o roca firme de la cual poder asegurar el equipo.
Acompañados por el excelente equipo de Guanatours, empresa especializada en la realización de tours de aventura y deportes extremos, iniciamos la travesía partiendo desde San Salvador con dirección al oeste del país. La empresa brinda la opción de tomar el servicio de transporte con ellos, pero también es posible llevar carro propio e incorporarse a la caravana.
El arribo se hace en el pueblo de Juayúa, donde en un parqueo cercano se estaciona el microbús así como los vehículos personales. Aquí es donde la verdadera aventura comienza.
We Walk!
Primera impresión del lugar. Foto Tito Aguilar
Caminar es un placer sencillo poco apreciado de la vida, pero el tour completo incluye una caminata tipo ‘hiking’. La distancia aproximada es de kilómetro y medio, distancia que puede ser recorrida sobre terreno plano en un tiempo promedio de 20 minutos.
Pero el camino es todo menos normal: veredas entre haciendas, senderos de tierra, superficies inclinadas mientras se cruzan montañas, y en ocasiones, hasta ausencia de una ruta dibujada sobre la tierra por la cual poder continuar el recorrido; todo en medio de una verde y frondosa vegetación. El destino final es anunciado cuando el sonido del agua en caída libre sobre una poza nos invade.
Se llega a la parte alta de la cascada y lo primero que se ve es una poza natural de mínima profundidad, medio ancha; acompañada de mujeres lavando la ropa de la familia y los hijos jugando a su alrededor ¿Una imagen más salvadoreña? Imposible.
El Descenso
Foto Tito Aguilar.
Mientras el equipo de Guanatours se encarga de instalar todo el equipo, nosotros nos dedicamos a examinar los alrededores, admirar el paisaje, y por supuesto, disimular los nervios que están a punto de darnos un paro cardíaco o un ataque de risas sin sentido.
El descenso es en pareja y en caso de no existir valientes que se ofrezcan en ser los primeros, son seleccionados de una lista de manera aleatoria para iniciar la emocionante bajada. Las parejas por turnos son equipadas con todo lo necesario: casco, arnés, indicaciones y un poco de fortaleza y ánimos para afrontar la bajada de 75 metros de altura.
Lo importante a recordar: piernas rectas, JAMÁS soltar la cuerda, no mirar hacia abajo y disfrutar el descenso de principio a fin.
La adrenalina, al igual que el agua helada sobre la cara, comienza a fluir. La superficie de la cascada no es completamente plana, por lo que una que otra piedra nada uniforme o un poco de musgo resbaloso harán del descenso una historia aún más interesante y divertida. Mantener el equilibrio es deseable.
A media altura la cascada es tuya, los niveles de adrenalina han bajado, la cuerda quema tu mano pero la sensación es mínima comparada con la emoción de haber conquistado la mitad del camino.
Poco es el tiempo sentido cuando ya estás tocando suelo, la cascada se descarga por completo sobre tu casco y la celebración con amigos y con el resto de desconocidos que asisten al tour es totalmente contagiosa.
Sin duda, una experiencia inolvidable que jamás pensarías vivir en tu propio país y que definitivamente desearás repetir en el futuro.
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